Colonia

Los españoles una vez que concluyeron la guerra con los aztecas buscaron expandirse a otras regiones. Siendo una de ellas la mixteca, atraídos por los tributos en oro que los pueblos de esa zona entregaban a los aztecas. Regularmente se considera que los españoles dominaron la mixteca sin tener necesidad de pelear. Sin embargo, la realidad fue que los ñuu savi en alianza con algunos zapotecas y mexicas enfrentaron a los españoles y a sus aliados los tlaxcaltecas, logrando derrotarlos. El problema fue que los zapotecos negociaron con los españoles y mixtecos y mexicas continuaron con la guerra. Esto lleva, a algunos autores, a la conclusión de que los ñuu savi no fueron conquistados militarmente y tuvieron acuerdos con los españoles para evitar otros enfrentamientos.

En el caso de Tamazola, en los relatos recogidos por Wijnhoven, se asevera que el cerro de la Corona es uno de los lugares mas altos de la zona y les permitió a los pobladores ver que se acercaban los ejércitos liderados por los españoles, provenientes de Nochixtlan. Al ver que no era posible hacerles frente, enterraron todas sus posesiones valiosas, sobre todo oro, imágenes, códices, conocimiento y a ellos mismos, debajo del cerro. De esa forma, cuando los españoles pasaron a Tamazola no encontraron nada, de allí que algunos pobladores aseveran que Tamazola nunca fue conquistado.

Otro relato, consignado en el Códice de Yanhuitlan, menciona que en Tamazola escondieron a sus dioses debido al proceso inquisitorial por idolatría que se le siguió a su cacica acusada de continuar adorando a sus dioses. En el códice de Yanhuitlan se dice que cuando había sido denunciada a los inquisidores, se dirigió a Tamazola y les ordeno a sus súbditos que escondieran a los dioses para evitar que fueran destruidos.

Gerhard dice que a la llegada de los españoles el territorio de Tamazola era muy grande, ya que abarcaba siete leguas por ocho y contaba con 15 estancias en 1550, que se redujeron a 5 en 1579. Después de la congregación de 1600 únicamente quedaba una estancia, San Juan Yuta, que era considerada pueblo en el siglo XVIII.

De acuerdo con Hamann el cacique de Tamazola y Chachoapam a la llegada de los españoles era Don Diego Nuqh (Iya Nuqh), casado con María Coquahu (Iyazedhe Coquahu). La pareja residió originalmente en Tamazola, ya que era el pueblo de origen de Don Diego Nuqh. Pero cuando el cacique de Yanhuitlan, Señor 8 Muerte, fue asesinado por un español apellidado Escobar la pareja heredo ese cacicazgo y se traslado a ese lugar, pero mantuvo el cacicazgo de Tamazola. De acuerdo con Frassani, este cacique, en el invierno de 1544 falleció y fue sustituido por Don Matias de Velasco, quien al ser el hijo mayor le correspondía el cacicazgo de Tamazola, mientras que su hermano menor, Don Gabriel de Guzmán, le correspondía el cacicazgo de Yanhuitlan . Según Martín Gabaldón, en 1588 se tiene registrado como cacique de Tamazola y Chachoapan a Don Pedro de Velasco, a quien se le convoco como testigo para validar el título de cacique de Yanhuitlan de Don Gabriel de Guzmán.

De acuerdo con Martín Gabaldón en Congregaciones de la Mixteca Alta, los españoles para el gobierno de la Mixteca Alta pusieron un primer corregimiento en Teposcolola, al que perteneció Tamazola. En 1530 crearon el corregimiento Tamazola-Tilantongo, en el que se incluía a Mitlatongo y de acuerdo con Hermann Lejarazu, en 1579 el corregidor era Juan de Bazán. En 1688-1689 se procedió a un reajuste total de los límites civiles, y en Nochixtlán se asignó un alcalde mayor que asumió la jurisdicción sobre el antiguo corregimiento de Tilantongo. La adscripción administrativa a Nochixtlan se ha mantenido sin variaciones hasta la actualidad, en la que Tamazola pertenece al Distrito de Nochixtlan.

El encomendero responsable de una mitad de Tamazola fue Juan de Valdivieso, quien a su muerte en 1530 la heredo a su hijo Juan Vázquez de Valdivieso. En 1604 se menciona que uno de los nietos del primer encomendero continuaba teniendo la encomienda de la mitad de Tamazola y en 1623 continuaba esa zona de Tamazola como encomienda. Gerhard dice que la otra mita de Tamazola estaba encomendada a Alonso de Contreras, a quien en 1559 heredo su hijo García de Contreras, quien esta registrado como encomendero de la mitad de Tamazola y Etlatongo de 1597 a 1604.

La relación entre los encomenderos y sus descendientes con los pobladores de Tamazola no estuvo exenta de revisiones, como lo prueban los siguientes registros provenientes de El libro de tasaciones de pueblos de la Nueva España: siglo XVI, editado en 1952 por el Archivo General de la Nación.

En diez y seis de junio de mil y quinientos y cuarenta y dos años, se tornaron a tasar los indios del pueblo de Tamazola, que la mitad tiene en encomienda Alonso de Contreras y la otra mitad la mujer e hijos de Valdivieso por el Illmo. Señor Visorrey de esta Nueva España, en cumplimiento de una Cédula de su Majestad, en que manda que se tasen y forme a su posibilidad informado de ella y presentes los indios de dicho pueblo y de su conformidad que el Gobernador que se dice Don Martín y el Cacique Don Diego y presentes otros principales y porque así lo trajeron pintado en una pintura de lo que podrían dar, se tasaron en lo siguiente: que den cada cincuenta días, cincuenta pesos de oro en polvo, como lo suelen dar y diez camisas y diez naguas y cuatro mil cacaos y dos jarros de miel esto cada cincuenta días y cada día en Oaxaca, cuatro gallinas de la tierra y cinco cargas de leña y cinco de yerba y tres hanegas y media de maíz y diez huevos y una carga de ocote y un chicubite de ají y un pan de sal y dos cántaros y dos ollas y dos comales y un cestillo de toda fruta y veinte indios para las Estancias de sus ganados y tres hanegas de sembradura de trigo y que le hagan una casa en Oaxaca moderada y esto le han de dar y no otra cosa alguna es todo para ambas partes y tanto ha de llevar el uno como el otro, lo cual pasó en haz de dicho Contreras, y de los dichos indios y mandóse que no les lleven otra cosa, so pena de volver con el cuatro tantos para la Cámara de su Majestad.

En diez y ocho de julio de mil y quinientos y cincuenta y seis años, ante su Señoría de el Señor Visorrey pareció, Don Diego y otros principales del pueblo de Tamazola y vino Vázquez de Tapia en nombre de los Menores de Joan de Valdivieso, difunto y de una conformidad se concertaron en que por razón de la comida y servicio que eran obligados a dar ordinariamente a la presente de los Menores, le den cada un día: cinco tomines de tepuzque y a esta respecto pague la comida y servicio que debieren y se reciba lo que ahora diesen para en cuenta de ello, lo cual declararon los dichos indios mediante Francisco Muñoz, Interprete desta Real Audencia, su Señoría atento que fu de consentimiento de partes lo hubo por bien y mandó que se asentase al pie de esta tasación, Francisco Muñoz.

En veinte y cuatro de octubre de mil y quinientos y cuarenta y siete años, atenta cierta información se mandó que por tres años, como daban cada cuarenta días, cincuenta pesos de oro en polvo, los den de setenta en setenta días y que por este tiempo se les quitó la mitad de todos los otros tributos y servicios y cumplidos los tres años, cumplan la tasación, está asentado en la información.

En veinte y tres de agosto de mil y quinientos y cuarenta y nueve años, en acuerdo parecieron los indios de este pueblo de Tamazola, y Alonso de Contreras y Bernardino Vázquez de Tapia, en nombre y como tutor de los hijos de Joan de Valdivieso, difunto, de pedimento de los indios y conformidad de partes, se commutó y moderó a tasación que de este pueblo esta hecha, remitiendo al dicho Alonso de Contreras, los tributos demasiados que decían haberles llevado en lo siguiente: Primeramente que por tiempo de seis años, han de dar a las personas que los tienen en encomienda, cada cien días; cincuenta pesos de oro en polvo y cada un día de más de lo dicho dos reales y medio de plata y que durante este tiempo sean obligados a les criar, seis libras de semillas de seda de la cual han de poner dos libras los indios, y otras dos libras los hijos del dicho Joan de Valdivieso, y las otras dos libras el dicho Alonso de Contreras, y la han de beneficiar los dichos indios hasta ponerla en madeja y que si algunos yerros de tornos faltaren se compren de común y lo procedido de la dicha semilla de seda, se parta por terceras partes entre ellos y si alguna semilla de seda se sacarse de la dicha seda, durante el dicho tiempo se parta como dicho es y que el dicho Contreras no entienda en la cría de la seda ni vaya al pueblo, pero a costa de la dicha seda se ponga un español  que la beneficie y que los indios al tal español den de comer cada un día una gallina de Castilla y quince tortillas negras y una carga de yerba y otra de leña y que pasados los seis años, cumplan la tasación primea, que fue hecha por el señor Visorrey y en diez y seis de junio de mil y quinientos y cuarenta y dos años, y no críen la dicha seda y quedaron los indios de pagar al dicho Contreras, de lo procedido de la seda de su parte cien pesos cada año, cincuenta por razón de la suelta que el dicho Contreras les hizo de la compañía, que le tenían hecha sobre el criar de la seda  y si no los hubiere en los primeros dos años, los paguen adelante, y dijeron que daban por libre al dicho Contreras, de todo lo que le habían pedido y demandado, así de tributos y de servicios demasiados como sobre un pedazo de tierra en que tenía una huerta y malos tratamientos, y por los dichos Señores visto que el dicho concierto fue de consentimiento de partes y que lo traigan así pintado los indios, se mandó asentar al pie de la tasación. Antonio de Turcios. En veinte y uno de mayo de mil y quinientos y cincuenta y un años, se conmutó, este oro a que lo paguen en reales a razón de trescientos y cuatro maravedís, que son nueve reales menos dos maravedís, atento que por información consta de no tener y por fe de la cuenta el oro era de diez y nueve quilates, está asentado en la información.

En la ciudad de México (a) veinte días del mes de abril de mil y quinientos y sesenta y nueve años, lo Señores Presidente y Oidores de la Audiencia Real de la Nueva España, habiendo visto lo pedido por los indios del pueblo de Tamazola, en la mitad que tiene en encomienda Juan Vázquez de Valdivieso y García de Contreras, sobre que se les descuente del tributo en que están tasados, lo que cabía a pagar a los indios que se han muerto y ausentado después de la última tasación, dijeron que atento por la averiguaciones en esta causa hecha, consta que falta de los indios que se contaron en la cuenta pasada, ciento y ocho tributarios enteros por los cuales mandaron se les descuente del tributo perteneciente a sus Encomenderos ciento y ocho pesos de oro común y cincuenta y cuatro hanegas de maíz y de aquí en adelante los trecientos y un tributarios que quedan en el dicho pueblo, paguen a lo dichos sus Encomenderos cada año, trescientos y un peso del dicho oro y ciento y cincuenta hanegas y media de maíz al tiempo de la cosecha por la orden que en el auto de la dicha tasación se declara y demás de esto paguen (a) su comunidad, sesenta y cinco pesos y dos tomines de oro común, para lo cual se cobre de cada tributario entero diez reales de plata y media hanega de maíz, conforme al dicho auto al fin del cual se tome la razón de esto. Y así lo pronunciaron y mandaron.

En la ciudad de México (a) diez días del mes de febrero de mil y quinientos y sesenta y ocho años, los Señores Presidente y Oídores de la Audiencia Real de la Nueva España, habiendo visto la visita y cuenta que fue hecha del pueblo de Tamazola, que diz que tiene en encomienda Alonso de Contreras y Juan de Valdivieso, atento lo que por ella consta y parece y la cantidad de gente que se halló en el dicho pueblo, y sus sujetos, siendo presentes dijeron que mandaban y mandaron, que los dichos indios den de aquí adelante, por todo tributo en cada año, hasta tanto que otra cosa se provea y mande: quinientos y once pesos y siete tomines de oro común por los tercios del año, y más docientas y cuatro hanegas  y nueve almudes de maíz al tiempo de la cosecha, puesto todo en la cabecera del dicho pueblo, de lo cual haya y lleven los dichos Encomenderos, cuatrocientos cientos y nueve pesos y cuatro tomines del dicho oro y todo el dicho maíz por entero y los ciento y dos pesos y tres tomines restantes queden y sean para la comunidad del dicho pueblo, lo cual se meta en una caja de tres llaves, que la una de ellas tenga el Gobernador y la otra un Alcalde y la otra un Mayordomo de él y presentes todos tres y no de otra manera se saque lo que se hubiere de gasta y distribuir en cosas tocantes y covenientes a su república y pro de ella, de lo cual haya cuenta y razón para la dar cada que le sea pedida y demandada y para pagar el dicho tributo se reparta a cada tributario casado, en todo el año: diez reales de plata y media hanega de maíz y al viudo o viuda, soltero o soltera , que viviere de por sí, y sobre sí, fuera del poderío de sus padres y tuviere tierras, la mitad y no se le pida, lleve ni reparta más tributo, ni servicio alguno para ningún efecto, so las penas de las ordenanzas, cédulas y provisiones.

Frassani menciona que el 14 de mayo de 1552 a los pobladores de Yanhuitlan se les dió permiso de cortar 400 vigas de los montes de Jaltepec y Tamazola, para la construcción de su iglesia y convento. La misma autora indica que esa situación no estuvo exenta de fricciones entre Tamazola y Jaltepec con Yanhuitlan, pero para el registro queda que la construcción de esa iglesia y convento contó con materia prima proveniente de Tamazola.

En la Relación Geográfica de Tilantongo de 1579, los habitantes de Tamazola mencionaban que desde la llegada de los españoles habían sufrido hasta tres epidemias con una gran mortandad y hasta ese momento no habían encontrado una cura efectiva.

En otro orden de ideas, Stern en The secret history of gender ofrece una historia interesante ocurrida en Tamazola y que esta en los archivos judicial de Oaxaca, que desde su punto de vista sería el primer caso de divorcio en el que una mujer gano ante los abusos de su esposo. Alrededor de 1773 Margarita Morales de Tamazola (Nochixtlan, Mixteca Alta) se caso con Marcial López y conforme a la costumbre se traslado a vivir al pueblo de su esposo, Estetla. En ese lugar Margarita tuvo que soportar abusos y violencia que culmino once años y tres hijos después con un crecimiento de las agresiones. Margarita y su padre tuvieron que recorrer un camino de cactus, milpas y montes erosionados de la Mixteca Alta para llegar a Antequera, la capital de Oaxaca, en esto se equivoca el autor, porque el camino de Tamazola a Oaxaca no es tan árido, sino mas bien boscoso. Cuando ellos llegaron a la ciudad, Margarita fue depositada en una casa honorable a expensas de su esposo, Marcial, quien tenía que ser apresado en Antequera “si es necesario, por la fuerza” cuando ella solicito el divorcio eclesiástico. Durante once años Margarita y Marcial pelearon amargamente sobre el trabajo y el apoyo económico y los derechos del castigo y violencia en el matrimonio. Ella se quejaba “yo debo trabajar sola” “cuando él es un perezoso”. La familia eran mercaderes – se movían de tianguis a tianguis, probablemente de mercancías elaboradas por la mujer, como cotones, mantas y nixtamal. Margarita no sólo consideraba a su marido un parásito económico, ella también se quejaba de explotación laboral y abusos físico. En sus viajes para vender debían viajar por un terreno accidentado y en ocasiones empinado, así que Marcial ponía a la esposa en papel de mula de carga “lastimándome a palos”. En una ocasión, después de casarse, la desnudo y la azoto en el monte, Marcial continuo martirizándola al exigirle que se pusiera a trabajar hilando algodón a pesar de sus heridas.

En varias ocasiones, el padre, el sacerdote, las autoridades de la comunidad y los ancianos intervinieron para aminorar el castigo a Margarita a través de la reprensión e incluso el castigo a Marcial.

Después de que su esposo estuvo encarcelado por diez meses, Margarita estuvo de acuerdo en que lo liberaran bajo las siguientes condiciones: Primero, si Marcial fallaba en la manutención de su familia en Estetla, Margarita y sus hijos podrían regresar con sus padres a Tamazola y Marcial tendría que trabajar para su suegro. Segundo, si Margarita por cualquier razón decidía regresar a vivir con sus padres, Marcial no podría oponerse, ya que eso había ocurrido en el pasado cuando ella había sido maltratada. Finalmente, si Marcial violaba cualquiera de esas condiciones, el padre de Margarita y las autoridades de Tamazola tenían el derecho de arrestarlo y reabrir el procedimiento legal suspendido.

En otro tema, desafortunadamente, los conflictos por límites territoriales entre Tamazola y sus vecinos es de larga data, ya que en un expedientes del ramo de Alhondigas, que se encuentra en el Archivo General de la Nación, se registra un pleito por tierras entre Jaltepec y Tamazola en 1789.

Respecto a las creencias cristianas, específicamente la llegada del patrono de Tamazola, en la tesis de licenciatura de Cervantes, se retoman las Relaciones geográficas de la mixteca del siglo XVIII. En ellas se consigna que la información recopilada sobre Tamazola se encuentra en el grupo de Nochixtlan y se elaboró el 14 de agosto de 1791 por Antonio Gandara. En dicha relación, sobre Tamazola se registra lo siguiente:

“En la Iglesia del Pueblo de Tamazola venerase un Crucifijo, que tiene su Historia esto es: En cierta ocasión iban seis indios a la Ciudad de México en unas diligencias, de regreso a su Pueblo les salió al encuentro un hombre desconocido que nunca habían visto, y este les dijo: Venid conmigo, estos le siguieron hasta su casa donde les entrego un cajón y les indicó lo llevaran cerrado y no lo abrieran hasta llegar a su Pueblo, estos obedecieron y entregaron el cajón a un cacique, este lo abrió y se encontró con un divino Crucifijo del tamaño de dos varas, inmediatamente lo colocaron en su Iglesia, desde entonces han experimentado muchísimos milagros. (Folio 393 frente). En cierta ocasión llego un Obispo a visitarles vió el Crucifijo tan lindo, que quizo llevárselo a Oaxaca, a un convento, con la promesa de mandarles otro; al tiempo de sacarlo estando ya en la puerta se puso muy pesado, siendo imposible moverlo, entonces decidieron regresarlo, y al hacerlo ya no pesaba nada, lo pusieron en su altar, y cada año el 15 de noviembre se le hace su fiesta muy solemne pues concurren a ella muchísima gente de varias partes. La temperatura de esta región es fría, propia para la siembra de: trigo y grana, producen priscos, duraznos, melocotones, cerezas y variedad de frutas propias del clima frío, ha nopaleras que dan una tunas de color rojo muy dulces. Hay conejos, liebres, abundancia de coyotes que perjudican grandemente el ganado y sobre todo a las aves domésticas, hay cenzontles con un cántico muy dulce, calandrias y salta paredes que hacen mucho daño a la grana descuidandose dejan los nopales limpios.

Su principal comercio es el de la grana y el trigo. Al respecto, en el artículo de Atlantida Coll-Hurtado “Oaxaca: geografía histórica de la Grana Cochinilla”, publicado en Investigaciónes Geográficas (1998, n. 36) se indica que en 1777 Tamazola se ubicaba entre las principales localidades productoras de grana.

La manufactura son los tejidos de algodón e hilados (folio 394 frente).

Entre las hierbas comunes que se dan se señala la de romero, que la ocupan para muchas enfermedades…”

Sobre la cantidad de habitantes se dice “… En el de Tamazola ciento cuatro indios, en el de San Juan Yuta cuarenta y tres… desde San Juan Yuta hasta Xaltepeque, tienen unos montes que producen pinos, encinos, tajamanil, (Folio 395 frente) ocote del que hacen leña y carbón…”

En otra sección de las mismas Relaciones geográficas se ubica a San Juan Tamazola como parte del curato de Theozacoalco y dice la distancia a la que se localiza… “San Juan Yuta, siete leguas, San Juan Tamazola siete leguas…”

“… El de San Juan Yuta se transita por San Miguel subiendo un monte muy alto ladereandolo por peñascos hasta encumbrar, luego se baja por el otro lado, siendo el mismo camino como el anterior, hasta llegar a un río manso de agua dulce que llaman río de platos, que solo en tiempo de agua crece y se pasa por un puente de madera. Este de pueblo de Yuta está situado en la orilla de un río en una cañada, su clima es frío y humedo sus habitantes son pocos.

El de San Juan Tamazola, (Folio 230 frente) está situado en la cima de un cerro muy alto su clima es frío y humedo y muy escaso de agua, el camino para la cabecera es ladereando un cerro, a una distancia de tres leguas, subiendo después de media legua, a la falda de un cerro alto y empinado de pura piedra, por eso se llama Tamazola que en el dialecto Mexicano quiere decir braña de piedra. En éste Pueblo se venera una Imagen del Sr. Crucificado, muy milagroso, que los lugares vecinos cada año lo visitan. Los vientos generales que reinan en este Curato son la mayor parte del año, principalmente en las tardes, algo fuertes los que se calman en la noche, y algunas ocasiones hasta la madrugada y algunos años arruinan las milpas derrumbandolas. En tiempo de agua se experimenta en todos estos pueblos, fuertes tempestades principalmente en los de clima frío, y con mayor fuerza en el de Tamazola con granizadas haciendo grave daño al ganado menor”.